Un tour de compras se convierte en una pintoresca aventura en Ciudad del Este

Numerosos turistas llegan de las otras dos ciudades que completan la triple frontera, la argentina Puerto Iguazú y Foz do Iguazú, en Brasil, atraídos por las ofertas en electrodomésticos, perfumes, indumentaria y joyas que se comercializan bajo el régimen de exención conocido como "zona franca".    

Un tour de compras a Ciudad del Este, en Paraguay, puede ser una aventura pintoresca, divertida y hasta riesgosa, en ese dédalo de calles, pasillos y galerías colmado de vendedores que despliegan sus productos y los ofrecen con insistencia, changarines que corren con grandes paquetes entre el gentío y también algunos amigos de la ajeno esperando un descuido.    

Llegar desde Puerto Iguazú es relativamente sencillo mediante un servicio de balsa por el río Paraná desde el puerto local hasta la localidad paraguaya de Presidente Franco, a 10 kilómetros de Ciudad del Este, o por el puente internacional Tancredo Neves hasta Brasil y luego el Puente de la Amistad.      

Si se cruza por tierra, tras pasar Migraciones, sigue un viaje de 15 kilómetros que atraviesa buena parte de la ciudad brasileña hasta el Puente de la Amistad, portal brasileño de acceso al nodo comercial paraguayo. Ya sea que el viajero llegue en su propio vehículo o en transporte público, decida hacer base en Puerto Iguazú o en Foz, las opciones más cómodas y seguras para el cruce son los taxis y las combis, que se pueden contratar en ambas ciudades.    

El taxi puede ser solicitado por el hotel a paradas fijas y el servicio incluye el acompañamiento del chofer en la totalidad del recorrido de compras y el regreso al punto de partida. Los establecimientos ofrecen, además, servicios de combis para grupos, que se estacionan cerca del puente del lado paraguayo, y los pasajeros disponen de unas tres hora para recorrer los comercios por su cuenta y efectuar compras.  

Es fundamental llegar a Ciudad del Este con información previa, saber de antemano dónde y qué comprar, para lo que una útil herramienta puede ser el sitio web GoogleMaps, que puntualiza sobre un mapa los shoppings y comercios de la zona, con sus páginas, productos y precios.    Si lo que se busca es calidad, con garantía, especialmente en productos electrónicos, perfumería y relojería, conviene abandonar los puestos callejeros y entrar a algunas de las grandes galerías o casas especializadas, aunque el precio sea algo mayor que afuera.    

 Las veredas son ideales para ropa, juguetes, calzado, relojes y pefumes, a sabiendas de que son marcas falsas, por un precio varias veces menor que lo que se paga en ferias argentinas como La Salada. Allí los vendedores son informales, se puede regatear precios y mezclados con los turistas compradores habrá montones de gente sin puesta fijo, con mercadería en la mano ofreciéndola a un precio aún más bajo.    

Sobre la ciudad han corrido ríos de tinta que la describieron como un sitio inseguro, pero la realidad demuestra que, con un mínimo de precauciones, se la puede recorrer sin inconvenientes. La presencia de guardias armados que custodian los comercios, con equipos y armamento que los asemejan a Rambo, puede parecer intimidante, pero se justifica si se toma en cuenta el enorme volumen diario de ventas.      

El único delito que ocurre en contadas ocasiones, es el arrebato o algún robo al descuido, por lo que conviene con no llevar dinero ni objetos de valor a la vista, ya que el interés de esos delincuentes no se centra en los productos adquiridos. Por el intenso calor, los comercios comienzan su actividad alrededor de las 6.30 y cierran a partir de las 15, cuando las calles se van despoblando, y es un buen y último momento para emprender el regreso.      

Quienes no van en un tour organizado y realizan compras que pueden trasladar por sí mismo, tienen la opción de regresar mediante las numerosas moto-taxis, vehículos de baja cilindradas que cruzan intrépidos el puente hasta brasil zigzagueando entre los coches que avanzan en lentas filas.  

En la temporada de verano es recomendable vestir ropas ligeras y mantenerse hidratado en forma permanente, ya que en los lugares más concurridos el ambiente es sofocante y, bajo las lonas que cubren sectores de la calle el sol genera un efecto horno al concentrar más aún el calor.    

En su reingreso al territorio brasileño, el turista argentino está exento de pagar tributos por ser pasajero en tránsito, pero deberá declarar, en su ingreso al país, los bienes adquiridos. La Aduana argentina aplica una alícuota del 50% sobre el total de las compras que se declaren, otorgando una franquicia de 150 dólares por persona, acumulable para grupos familiares convivientes en un mismo domicilio. Ropas, libros, elementos de higiene, presentes y mercaderías destinadas al uso o consumo personal, entran sin pagar impuesto alguno.


 


Fuente: Telam

Nacionales - 16:05 09/02/2016