Se cumplen 200 años del fallecimiento de Martín Miguel de Güemes y la historiadora Estela Gentiluomo de Lagier,  miembro de la Junta de Estudios Históricos de Misiones expone una arista de la vida del Prócer Argentino.

Nació en Salta el 8 de febrero de 1785. Desde niño estuvo relacionado con el campo pues su familia tenía una finca importante. El contacto que tuvo con la tierra, con la geografía de los cerros y especialmente con los gauchos, le fue de gran ayuda cuando decidió tomar las armas para combatir a los realistas ya que los gauchos lo siguieron fielmente. Creó una tropa de soldados imbatibles para defender la frontera norte y los llamó “Los Infernales”. Fue el líder de la contienda en el norte. 

Güemes estudió en Buenos Aires en el Real Colegio de San Carlos. Ingresó a la carrera militar a los dieciséis años. Cuando las Invasiones Inglesas, siendo edecán de Liniers, participó en la defensa de Buenos Aires y en el transcurso de la misma sucedió algo sin precedentes. El buque inglés Justine quedó varado por una tremenda bajante en el Río de la Plata, un grupo de jinetes al mando de Güemes, entró en el río y abordó el barco. Antes de regresar a Salta forma parte del cuerpo de oficiales que obtuvieron la victoria de Suipacha. Más tarde estuvo en el sitio de Montevideo. Luego, el entonces Cnel. San Martín lo lleva con él comandando fuerzas que deben incorporarse al Ejército del Norte. 

En 1815 regresa a Salta en donde organiza al pueblo salteño, militariza la provincia y se pone al frente de la resistencia.  Por voluntad popular es elegido gobernador en mayo de 1815 y permanece en el cargo durante seis años. El accionar de Güemes ya es memorable. Tuvo que soportar los embates de algunos porteños que dudaban de su capacidad, a tal punto que Pueyrredón, estando en Tucumán para las sesiones del Congreso de 1816, viaja a Salta y verifica la capacidad militar del Caudillo y sus gauchos. Ordena que el Ejército del Norte se retire hasta Tucumán y Güemes desde Salta brindaría auxilio a las tropas enviadas desde Buenos Aires. Esta decisión fue apoyada por San Martín y Belgrano con quien el Caudillo norteño mantenía una nutrida correspondencia epistolar.

Pero, ¿cuál es su condición de guerrillero? Encontramos la respuesta en el libro “Güemes, el guerrillero genial”, presentado en 1954 por el Cnel. Federico Gentiluomo en el que entre otras cosas manifiesta:” Güemes es la más alta expresión del conductor de una guerra especial. La guerra de recursos que es por sus medios y por su forma una guerra irregular.” “La conducción de la guerra de guerrillas está ubicada en el plano táctico por sus formas de acción y procedimientos y en el plano operativo por sus finalidades y alcances.” Considera que la Segunda Guerra Mundial, que se caracterizó por el predominio del material, marca el resurgimiento de la guerra de guerrillas como un procedimiento de lucha de recursos con excelentes resultados ya que constituye la voluntad de vencer o resistir de un pueblo quebrantado que se lanza a la lucha donde puede, como puede y con lo que tiene, pero responde a una razón y a un plan. 

Pensemos en la resistencia francesa en la Segunda Guerra Mundial. Nuestra guerra en el norte durante la lucha por la independencia ha pasado a la historia como un ejemplo único. Las montoneras de Güemes nacieron de la decidida voluntad de los pobladores norteños de poner una barrera infranqueable a la penetración española. Forma parte de los hechos históricos culminantes de la Independencia de la Nación Argentina. “La guerra de guerrillas es una verdadera organización en donde todo está previsto. Hay un plan común, actúan aisladamente, pero responden a la conducción de un verdadero Caudillo ya que la fidelidad y el honor son sentimientos innatos del gaucho, por eso es el elemento inmejorable para la guerra de guerrillas. 

Para el gaucho, en el combate, importa el valor para el ataque. El modo es la emboscada y la sorpresa. Es una táctica simplista y primitiva que aprovecha las ventajas del terreno. Durante once años lucharon sin dar ni pedir cuartel, sin claudicar y respondiendo siempre al caudillo que los guiaba.” Hay que decir que no son un buen elemento para los ejércitos regulares como lo comprobó Belgrano en la Batalla de Tucumán. Sus virtudes son admirables para su propia guerra: La Guerra Gaucha. Sus elementos primitivos eran el caballo, la lanza improvisada con una tacuara y un cuchillo en la punta, el facón, el lazo, las boleadoras y el apero. Las pocas armas que tenían en su mayoría eran las que arrebataban al enemigo. Los gauchos de Güemes rechazaron nueve invasiones de ejércitos regulares, poderosos, que en España habían derrotado a los ejércitos napoleónicos.

¿Cuál era el secreto? El conductor, los medios naturales, el terreno y la esencia que es el amor a la patria y el ansía de ser libre. El valor en la lucha y la fe en su conductor. Un ejército formado por pequeñas células unidas en el nexo de un comando único. Un sistema que durante once años movilizó a un pueblo sí que se resienta la moral que es la fuerza del hombre contra los medios ya que la guerra es un recurso para lograr algo. Los gauchos de Güemes impusieron el lazo al cañón. En el escenario de la Guerra de la Independencia Güemes se ubica claramente en el plano de la conducción operativa. El éxito de Güemes y sus gauchos permitió al Gral. San. Martín preparar el Ejército de Los Andes y llevar a cabo su Plan Continental para darles a Chile y Perú la libertad y la independencia. Al proteger a los gauchos se ganó el rechazo de los sectores de poder económico locales. Fue odiado, calumniado, perseguido y lo mataron cobardemente en una emboscada el 17 de junio de 1821. Pero la historia juzga, no olvida ni perdona. Doscientos años después, Güemes, el Guerrillero Genial es uno de los tres máximos héroes de nuestra patria.

Bibliografía: Felipe Pigna- Martín Miguel de Güemes.                           

                   Cnel. Federico Gentiluomo Güemes el guerrillero genial

                   Carlos Romero Sosa La gesta de Güemes en la visión de un militar humanista.