La bala extraída del cuerpo de Franco Sotelo resultó ser de calibre 22, un tipo de arma no utilizada por las fuerzas policiales como reglamentaria. Por otro lado, resta conocerse aun el resultado del cotejo del ADN de Sotelo con las muestras extraídas del cuerpo de la niña violada y golpeada.

El juez Marcelo Cardozo ordenó el pasado jueves una nueva autopsia al cuerpo de Franco Sotelo, fallecido el miércoles cuando cruzaba la ruta 12 en Garupá al ser atropellado por un camión. En ese momento huía de la policía tras estar cuatro días prófugo al ser sindicado como el violador y agresor de una nena de la localidad de Pozo Azul el sábado 14, la que se encuentra aún en grave estado. Le hallaron un proyectil en el cuerpo y otra herida en un brazo.

Desde ese momento, el magistrado ordenó que Gendarmería asuma la custodia del cuerpo y que se practiquen nuevos estudios médicos luego de que la madre del delincuente denunciara la presencia de dos orificios que podrían ser de balas, en el cuerpo de su hijo. En el Hospital Madariaga se hizo en la tarde del jueves una tomografía del cadáver y entrada la noche inició la nueva autopsia para determinar si Sotelo, al momento de ser atropellado en la autovía, estaba herido de arma de fuego.

Así fue que los forenses encontraron una herida de bala en el cuerpo de Sotelo, cuyo proyectil se encontraba aun en el cuerpo y fue extraído para su análisis balístico. En tanto en un brazo se constató una herida de bala con orificio de entrada y salida. Ahora se investiga si Sotelo se había enfrentado a policías u otra persona en su huída antes de ser atropellado en la ruta, donde, evidentemente ya corría herido.
El primer análisis del cuerpo no había arrojado datos sobre los mencionados orificios, aunque ante la evidencia de la muerte por el atropellamiento es posible que el accionar de los forenses no reparara en todos los detalles de una revisión exhaustiva. Por ello trascendió que se estudian sanciones al primer equipo forense que analizó el cuerpo y se buscará saber si hubo error u omisión intencional de informar de las heridas.

En tanto la bala extraída del cuerpo de Sotelo resultó ser de calibre 22, un tipo de arma no utilizada por las fuerzas policiales como reglamentaria. Se cree que Sotelo pudo enfrentarse con otra persona en su huída -un sereno por ejemplo- aunque no se descartan hipótesis de otro tipo.

Por último, resta aún el resultado del cotejo del ADN de Sotelo con las muestras extraídas del cuerpo de la niña violada y golpeada en la tarde del sábado 14 en el norte provincial. Con esa prueba científica podría cerrarse la investigación primaria, de la causa que lleva adelante por el hecho de abuso y lesiones el juez de San Vicente Gerardo Casco. Más allá de pruebas que ubican al sujeto en la zona al momento del hecho y declaraciones de cierta elocuencia en el expediente, recién ese elemento daría plena certeza sobre si el fallecido fue el responsable del salvaje ataque a la menor.

Est? mejor la nena de Pozo Azul abusada y golpeada