Guaran?es y ambientalistas lanzan un compromiso global

PUERTO IGUAZÚ. Integrantes de las aldeas Yryapú e Ita Poty Miri de Puerto Iguazú, junto a una organización ambientalista, plantaron árboles a los que llaman "resistencia". Difundirán su ubicación satelital como símbolo de un acuerdo intercultural para la defensa de la Selva, la vida comunitaria, la tierra para el pueblo originario y el agua. Replicarán la acción en otros puntos de Misiones.


Integrantes de las aldeas Yryapú e Ita Poty Miri y del Frente Ciudadano Ambiental Capuera plantaron un árbol nativo en cada una de estas comunidades, en Puerto Iguazú, Misiones, marcando simbólicamente un compromiso entre dos culturas y la defensa de la Selva Paranaense, siendo georeferenciados los lugares para que desde cualquier punto del mundo se pueda identificar y conocer la resistencia de un pueblo ancestral en su territorio originario.


Ñamandú (Dios) y Ka'a (el Monte) con los pocos árboles gigantes que quedan en pié, fueron testigos, el sábado pasado, en las ceremonias de plantación del Cedro, primero en Yryapú, y del Palo Rosa, luego en Ita Poty Miri, con la presencia de los Caciques Alcides Ojeda y Estanislao Acosta, entre otros nativos, celebrando a estas especies sagradas para los Mbya Guarani y dejando implícito un compromiso de defensa de la Selva y una alianza de acompañamiento del Frente Capuera (termino que significa: donde el Monte volverá) a las comunidades que enfrentan el desafío de sobrevivir en un territorio cada vez más "reducido, vacío de alimentos y depredado por el hombre blanco" y con escasa disponibilidad de agua a pesar de encontrarse a pasos del río Iguazú.


 "Nombré a cada uno de los chicos (presentes en el lugar) para interpretar lo que estuvieron pidiendo a Dios, para que Ustedes escuchen la voz del Guaraní que llora inconsolablemente porque es un pueblo esclavizado por el yuruá (hombre blanco)", explicó Estanislao Acosta frente a los integrantes de Capuera y a los niños que tocaron sus instrumentos e interpretaron, tras plantar el árbol, dos canciones que ilustran: "Antes teníamos todo en el Monte, hasta que llegaron los blancos y nos quitaron todo... hoy tememos que se nos termine el yacaratia, la palmera, el guembe, el ybyraromi (palo rosa) y yvyra pyta (anchico), nuestra medicina".


 Las palabras del cacique toman real dimensión para quienes conocen que este hombre lidera la decisión histórica de recuperación de su territorio, un territorio que les fue arrebatado por la cadena hotelera Hilton, de capitales internacionales, que presumió ser poseedor de los derechos de su uso, y tras lo cual, en diciembre de 2014, la comunidad volvió a ocuparlo, reivindicando su propiedad ancestral y esperando hasta el día de hoy "el titulo de propiedad oficial" (ahora Lote  T 24 , de poco más de 100 hectáreas) que debe otorgar el Gobierno de la Provincia. Precisamente en este lugar, donde se arrasó el Monte para hacer una cancha de golf destinada "al placer y a la diversión del blanco", desde el sábado pasado se levanta un Palo Rosa, la especie de mayor jerarquía para los Mbya y uno de los más emblemáticos en la historia de Misiones.


El proyecto hotelero es uno de los muchos asignados a la zona conocida como 600 hectáreas en Puerto Iguazú, y su impacto es de tal magnitud que dejó a los Guaranies sin los materiales que necesitan para la elaboración de artesanías y casas típicas, y con las fuentes de agua contaminadas. La Municipalidad de Puerto Iguazú, presente en la ceremonia a través de tres representantes, se comprometió a sumar este tema en su agenda de trabajo y en la misma línea, los miembros de Capuera acordaron accionar para resolver la falta del vital líquido.


"Hasta ahora seguimos siendo esclavizados pero de una manera  diferente, en algunas cosas ni siquiera nos damos cuenta", enfatizó Estanislao Acosta ilustrando las carencias que enfrentan con la reducción y contaminación de los espacios donde históricamente se sostuvieron.  "Como bien saben Ustedes, los yuruá (hombre blanco) ponen tantas leyes por escrito, pero nosotros también tenemos nuestra jerarquía como pueblo originario y los que mantenemos nuestra cultura no queremos ser violentos, siempre con las voces, con los coros y con los líderes espirituales, queremos llevar estas luchas y hoy nuevamente nombro el compromiso con Capuera para mi es muy importante", destacó el Cacique de Ita Poty Miri.


"Hoy se inicia el compromiso de parte nuestra y de parte de Ustedes, y eso me alegra enormemente, hoy me alegra de decir amigo, me alegra de formar una alianza, un compromiso juntos, porque es una causa justa por mi gente, por el futuro de los niños", agregó estableciendo la esperanza como vehículo para transitar el camino.


El Cacique fue enfático: nada y nadie podrá disuadir a la comunidad de Ita Poty Miri de su lucha. "Algunos dicen: '¿por qué tienen tantos hijos?' porque pensamos en no extinguirnos. Hay hormigas por todos lados... mi gente también está así... pero hoy se forma una alianza, y agradezco a Dios por dar un paso importante tocando cosas antiguas pero vivientes, nuestras raíces viven hasta hoy y vendrán más. Por eso digo: por el futuro de nuestros hijos. No importa cual venga, con dinero, siempre hemos recibido la oferta de que dejemos el lugar, pero Ñamandú siempre nos mostró este lugar y por eso estamos acá.  De acá no nos va a sacar nadie, siempre estuvimos, siempre vamos a estar. Oprimidos, pero no exterminados".


Cada una de las frases del Cacique fueron convalidadas por los integrantes de Capuera, postura que en la voz del periodista y escritor Claudio Salvador se resumió al decir que "tengan por cierto que quienes constituimos el Frente Ciudadano Ambiental estamos dispuestos a acompañarlos; si los quieren mover, vamos a estar junto a ustedes, vamos a caminar con ustedes", así como los árboles nativos que fueron sembrados en territorio Guaraní "que marcan simbólicamente nuestro compromiso, que marcan que esta Selva nunca se va a talar, y que marcan nuestra relación con el pueblo Mbya".


La acción de plantar árboles nativos en Yryapú y en Ita Poty Miri se realizó con espíritu de diálogo, en un espacio donde las culturas se encuentran, y de permanencia en el tiempo. "Este Cedro y el Palo Rosa no se plantan para madera, no se plantan para papel ni para otro fin comercial, se plantan para la posteridad... son árboles para los hijos, los nietos... de acá no se mueven nunca más, el nunca más son generaciones,  y significan mucho: sombra, agua, pájaros, raíces y savia, conexión con la madre tierra y la Selva", expresó Salvador.


El lugar donde fueron implantadas las especies nativas, denominadas Árboles Resistencia, fueron georeferenciados con el objetivo de ir incorporando información paulatinamente  y hacer un seguimiento de su evolución, del ambiente y de las comunidades Guaraníes, y para que desde cualquier punto del planeta se pueda conocer la resistencia del pueblo Mbya Guaraní en su territorio originario.


El carácter simbólico de la acción demuestra un profundo respecto por la naturaleza y los niños, mujeres y hombres que habitan esta tierra, marcando el inicio de una campaña que impulsa Capuera para sembrar conciencia sobre el desafío de integrar al ser humano en la recuperación y conservación de los bienes naturales y culturales nativos como única alternativa para sus respectivas supervivencias.


 

Actualidad - 09:12 13/12/2017