Mujeres que hacen, mujeres que progresan

32 mujeres nucleadas en el programa nacional Ellas Hacen conformaron la cooperativa textil "Fátima Progresa", en el barrio Fátima. La mayoría realizó la terminalidad educativa que propone el programa y ahora buscan un horizonte con salida laboral confeccionando uniformes escolares, chombas, remeras y blanquería en general.


La cooperativa está situada en la manzana 83, casa 31, del barrio Fátima de Garupá y su presidenta es Mabel Espínola. "La decisión de llevar a cabo el proyecto fue de la mayoría de las integrantes de la cooperativa. Haber ingresado al programa nos cambió la vida, nos sentimos útiles, con ganas de progresar, de ser alguien en la vida. Muchas de las chicas están terminando de estudiar y otras ya piensan en seguir la facultad", señaló Espínola.


El ingreso a Ellas Hacen les posibilitó construir un nuevo mundo. "Saber que había otras mujeres que estaban en la misma situación criando solas a sus hijos, en algunos casos discapacitados, o ser víctimas de violencia de género, nos cambió la visión de las cosas a partir de compartir historias y hacernos amigas", destacó.


Ellas Hacen tiene como objetivo la creación de oportunidades de inclusión socio-ocupacional y desarrollo de capacidades humanas y sociales de población desocupada con situación de alta vulnerabilidad social. El Programa está orientado a mujeres desocupadas con 3 o más hijos menores de 18 años y/o discapacitados que perciben la Asignación Universal por Hijo, residentes en villas de emergencia, asentamientos o barrios de extrema vulnerabilidad, en los cuales se realicen las mejoras de urbanización o ser jefas de hogares monoparentales.


"Yo estaba todo el día en mi casa, no salía. Desde que me anoté en el programa, al saber que iba a ver a las chicas en los talleres o en la escuela, me daba pilas para vestirme, arreglarme, maquillarme, valorarme a mí misma, saber cuáles son mis derechos y hacerlos valer. Mis hijos me dicen que estoy más linda, ellos me controlan si hice mis tareas del colegio, pero lo más importante volví a ser yo. Y ahora trabajando en la cooperativa me siento útil y puedo aportar un granito de arena más a mi casa y para el bienestar de mi familia", dijo Alejandra Cabaña, otra de las flamantes emprendedoras.

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