Recomendaciones para evitar golpes de calor

Cuando hace mucho calor, el cuerpo tiene dificultades para regular su temperatura y ésta puede elevarse a más de 37° por deshidratación. En consecuencia, puede sufrir un agotamiento que se manifiesta por sudoración excesiva, sed intensa y sequedad en la boca; calambres musculares; agotamiento, cansancio o debilidad; dolores de estómago, inapetencia, náuseas o vómitos; dolores de cabeza; irritabilidad (llanto inconsolable en los más pequeños); mareos o desmayo.

En los bebés puede verse la piel muy irritada por el sudor (sudamina) en el cuello, el pecho, las axilas, los pliegues del codo y la zona del pañal o piel pálida y fresca. Asimismo, las altas temperaturas pueden provocar los golpes de calor.

Por ello, se recomienda hidratarse con agua o jugos naturales; evitar el consumo excesivo de cafeína o azúcar, los líquidos muy fríos y salir a las primeras horas del mediodía o bien en la siesta; antes de salir bañarse y ponerse protector solar (factor 20 o mayor) y usar gorros o sombreros, ropa holgada, liviana, de algodón y de colores claros.

No es conveniente tomar bebidas con alcohol ante la sed y el calor, ya que aumentan la temperatura corporal y las pérdidas de líquido y cuando sientan mareos o fatiga, sentarse y descansar.

Los grupos vulnerables son los menores de 5 años, especialmente los menores de 1 año; los niños que padecen enfermedades crónicas, cardíacas, renales, mentales o neurológicas; los que tienen problemas de peso y ancianos.

Actualidad - 18:26 27/10/2014