POSADAS. Siete choferes de la empresa que brinda el servicio de transporte urbano de pasajeros en Oberá, Capital del Monte, fueron despedidos el miércoles pasado, mientras que tres trabajadores decidieron renunciar por presiones de la patronal. El despido fue comunicado a los conductores por medio de carta documento, sin aviso previo o suspensión. El argumento esgrimido por los empleadores fue que “se robaron” algunos elementos que pertenecían a la compañía.

El secretario general de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA), Jorge Duarte, apuntó que hicieron un pedido al Ministerio de Trabajo y Empleo de la provincia para que revea la situación de los trabajadores. “Con el documento presentado deberían fallar a favor del trabajador. La empresa viene pagando en cuotas hace muchos años”, agregó.

Duarte explicó que “ésta situación se da a raíz del incumplimiento por parte de la empresa de resolver los planteos que hacen los conductores, que tiene que ver con reclamos salariales y condiciones de trabajo”. Agregó que “ellos firmaban un recibo por un determinado valor y la empresa les pagaba un monto menor, además de ser fraccionado, ya que un día les pagaban $3.000 o $2.000 y esto no les permitía solventar los gastos que tiene una familia”.

El gremialista comentó que “éstos compañeros se organizan con una nueva propuesta gremial, en un sindicato que hoy está floreciendo, por decirlo de alguna manera, en varias provincias del país que es la Unión de Conductores de la República Argentina (UCRA) y nosotros les ofrecemos, a través de la CTA, la herramienta, ellos realizan la asamblea constitutiva, se informa al Ministerio de Trabajo de la provincia y a la empresa”. Además dijo que “a raíz e esta organización viene todo el hostigamiento y la persecución gremial que termina en el despido al finalizar la etapa de conciliación obligatoria”.

“Esto es una situación que se repite en muchos lugares, en la que la patronal hace con sus trabajadores lo que mejor les parece y nosotros creemos que deben respetar la legislación vigente, deben respetar la pauta salarial y cumplir con las mínimas condiciones de trabajo de los conductores, ya que es un servicio público y debe garantizar el servicio a los usuarios”, expresó Duarte.

Uno de los trabajadores despedidos, Cesar Ojeda, comentó en La Hora de los Trabajadores: "nosotros estábamos disconformes con el gremio de la UTA, que nunca nos apoyó por los reclamos y nunca teníamos respuesta. Encontramos una vía con la UCRA y nos juntamos con los choferes, casi el 30% de los compañeros, que pensamos igual y que queríamos tener una salida".  Agregó que "ahí vinieron las amenazas y golpizas que tuvimos todos los choferes. Ahora estamos despedidos, queremos recuperar nuestros puestos de trabajo y seguir luchando por las injusticias que la empresa Capital del Monte ha hecho durante 40 años en Oberá. Siempre vivió del sudor del trabajador, los millones que se junto fue pagando lo que ellos quieren y no lo que dice la ley".

Ojeda recordó que el reclamo empezó cuando no obtuvieron un apoyo por parte de la Unión Tranviaria Automotor (UTA) al pedido del cumplimiento del Convenio Colectivo de Trabajo. Así, el 7 de julio de éste año, realizaron una medida de fuerza. Y después la cartera laboral provincial decretó la conciliación obligatoria, sin llegar a un acuerdo entre las partes, la semana pasada liberó a las partes.

Consultado sobre quienes fueron los responsables de las agresiones a los trabajadores Ojeda expresó: “Nosotros sabemos que vienen del gremio de la UTA, no hay dudas, pero también están avalados por la empresa, ya que tenían disponible mis horarios, que durante 20 días me pusieron a la noche hasta que lograron el propósito de ellos que era golpearme para asustarme y retirarme del gremio -de la UCRA-. Con varios compañeros consiguieron el propósito. Habíamos iniciado con 32 compañeros y ahora somos 27”. Según el trabajador “hicimos más de once denuncias y hasta ahora el juez no hizo nada, porque no hay citaciones. Creo que con eso el juez debería determinar algo o citar a esas personas por lo menos”.

Ojeda comentó que “durante la conciliación obligatoria "la patronal nunca apareció, lo único que aparecieron fueron las amenazas". Agregó que “en mi caso, el 22 de agosto, dos personas desconocidas subieron y me propinaron montones de golpes habiendo pasajeros en el colectivo. La empresa no se acercó ni me llamó, yo tengo ocho años en la empresa y creo que merecía al menos una llamada”.

Por su parte, otro de los trabajadores despedidos, Wilson Olofson dijo que hoy "hay más de 20 trabajadores que están en negro en la empresa y yo participé de una colisión con una víctima fatal cuando me encontraba trabajando de forma irregular -en negro-, no se donde está la gente que controla”. Además se refirió a la situación de otros trabajadores que se incorporaron a la empresa “fueron improvisando gente para poder despedirnos a nosotros y hay choferes que tienen la capacidad pero no la experiencia, por lo que sufren los pasajeros”.

Olofson trabajaba en la empresa Capital del Monte desde hace un año “hace trece días que me pusieron en blanco y de paso me echaron. Me ha golpeado muy fuerte la situación y no sé si estoy en condiciones de poder trabajar en un remis siquiera”, expresó.

Consultados sobre el motivo que esgrime la empresa para incumplir con el convenio colectivo y incurrir en las irregularidades denunciadas por los trabajadores Olofson dijo que “la excusa es que está muy caro el gas oil, que las cubiertas están muy caras y cosas así”. Agregó que “hace cinco años se descubrió que el empresario cobra subsidios millonarios, tanto de la provincia como de la nación, que vienen para cubrir las necesidades salariales de los trabajadores. Durante 2013 la empresa recibió cerca de $13 millones de la nación”.

Los trabajadores explicaron que es la primera vez que se le hizo a la empresa un paro por reclamos salariales, “anteriormente se realizaban a pedido de la patronal con el objetivo de pedir aumento de tarifas” comentó Ojeda.